Del 25 al 27 de abril de 2014, 20.000 personas visitaron el Handmade Festival Barcelona, un evento dedicado exclusivamente a todo tipo de actividades hechas a mano. Los 150 expositores no paraban de atender a personas altamente involucradas en temáticas como “patchwork”, coser con máquina, “scrap”, cuidar un huerto urbano, cocinar, tejer, montar muebles, crear juegos, dibujar, decorar, etc.
Todas las actividades son propias del tiempo libre, y tienen algo en común: los consumidores son los creadores, al menos parcialmente, del producto. Y por las caras que se veían en el evento, estaban absortos, involucrados y felices.
Los orígenes del DIY o HTM
El DIY (Do It Yourself) o HTM (“Hazlo tú mismo”) es un fenómeno que ha ido evolucionando con el tiempo. Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, estimulado por la escuela artística “Arts and Crafts” (artes y oficios) muy relacionada con la figura de William Morris, creador polifacético (artesano, impresor, poeta, activista, diseñador, etc), que renegaba de las nacientes formas de producción en masa.
En el siglo XX, después de la segunda guerra mundial, en los años 50, resurge con fuerza sobretodo en Europa Central, debido a la falta de trabajo, materializándose en una oleada de mejoras en el hogar y tareas de bricolaje. Esto incluía desde actividades de construcción y jardinería, hasta la creación de objetos de todo tipo (vestidos, muebles, cuadros, cojines, etc.).
Una vez que se recuperó el empleo, el HTM se desarrolló como afición, como una forma de ocupar el tiempo libre de forma activa.
Algo más que una alternativa de bajo coste
Si bien el HTM ya era una práctica en alza, la fuerte crisis de 2008 lo popularizó porque muchas personas que se iniciaban, lo hacían en búsqueda de ahorro.
Sin embargo, el bajo coste -monetario, que no en tiempo- de realizar las cosas por uno mismo, acaba siendo un motivo secundario. Entender el fenómeno HTM únicamente como una alternativa barata o low cost, resultaría una aproximación -por lo menos- incompleta y sesgada.
Tipos de HTM
Paul Atkinson (2006: 3-6) en un estudio sobre la evolución del HTM, agrupa las actividades que lo forman en 4 categorías:
- El HTM proactivo: actividades que implican creatividad, auto-gobierno, diseño y manipulación habilidosa de materiales de distinto tipo. Las motivaciones pueden ser tanto la realización personal, como la obtención de beneficios por su venta.
- El HTM reactivo: actividades pre-organizadas y mediadas a través de plantillas, coleccionables o patrones que implican el ensamblaje de los componentes. Se trata de una forma de ocupar el tiempo libre, con el consiguiente gozo personal.
- El HTM esencial (o imprescindible): actividades de mantenimiento del hogar (limpieza, pequeñas reparaciones, etc.) que se realizan por necesidad económica o por no poder disponer de algún profesional. Aunque también pueden implicar creatividad y realización personal, la principal motivación es la necesidad.
- Lifestyle HTM: actividades de mejora del hogar o construcción realizadas por elección propia y no por necesidad. En algunos casos esta afición pasa finalmente a ser una forma de ganarse la vida.
Como se puede observar, las motivaciones, propósitos y forma de aproximarse al HTM son muy diversas, pero siempre encontramos un telón de fondo común: la búsqueda de realización personal mediante el trabajo manual.
El “efecto IKEA”
Pocas cosas son más gratificantes que vivir en la casa que tú mismo diseñaste, regalar a alguien querido un objeto hecho con tus propias manos, o decirle a tus amigos que el jersey que llevas -y que les encanta- lo tejiste tú mismo.
Y es que las actividades manuales tienen un claro efecto terapéutico, no sólo aportan satisfacción, sino que también ayudan a mejorar la autoestima y valoración personal.
La sensación de satisfacción no sólo se percibe al terminar la obra, sino durante todo su proceso de creación. Los objetos de creación propia son más valorados por la experiencia personal que se proyecta en ellos y la oportunidad de participar en su creación, aunque únicamente sea en una parte del proceso y no en su totalidad. A éste fenómeno se le llama “el efecto IKEA” (Norton, Mochon y Ariely, 2011).
Los “expertos amateur”
A quienes practican el HTM se les denomina “expertos amateur” (Kuznetsov y Paulos, 2010). Se trata de personas que realizan cualquier tipo de creación, modificación o reparación de objetos sin ayuda profesional y sin una motivación clara de comercializar sus creaciones. Aunque puede que luego lo terminen haciendo, la venta nunca es el objetivo o motivación principal.
Se trata principalmente de mujeres, aunque cada vez es más popular también entre los hombres, de entre 25 y 40 años, universitarias y profesionales. Para ellas es una forma de encontrar satisfacción personal en hacer las cosas por ella misma, desconectando y enriqueciéndose.
John Naisbitt (2001) en su libro “High Tech/High Touch” desarrolla la teoría de que cuanto más tiempo pasamos trabajando en un ordenador, nuestras actividades de ocio tienden a ser cada vez más sensoriales y táctiles. Es una forma de dar rienda suelta a la creatividad e imaginación, para aquellas personas que no las pueden desarrollar en su ocupación diaria.
La tecnología como acelerador
Muchas personas comparten sus creaciones y consejos, ya sea mediante encuentros, ferias, internet o redes sociales.
La aparición de gran cantidad de blogs, tutoriales y páginas web de intercambio y ayuda en internet ha impulsado el HTM. Las redes sociales tienen también un papel fundamental permitiendo compartir imágenes y consejos, especialmente las visuales como Instagram o Pinterest.
Un paradigma es el web “The Crafty Days”, una guía práctica para profundizar en el universo de lo hecho a mano, dando información sobre talleres, cafeterías, espacios al aire libre y tiendas de todo tipo en las que disfrutar de lo hecho a mano. Estas tiendas y espacios no son solo un lugar donde comprar los materiales, sino un punto de encuentro de personas con aficiones comunes, para poder crear y resolver dudas conjuntamente.
Una forma de dar sentido
En el HTM hay un componente de personalización que resulta también muy gratificante. Según un estudio realizado por Kuznetsov y Paulos (2010) una de las principales motivaciones para elaborar algo con tus propias manos es la oportunidad que esta actividad presenta para ser creativo y servir como canal de expresión propia.
En un entorno en el que cada vez hay más productos iguales, el HTM permite diferenciarse, creando objetos únicos con un toque personal. Se puede configurar una identidad propia a través de la creación de objetos que tienen significados personales.
El HTM tiene también un alto factor desestresante, permite desconectar y encontrar un rincón de calma, ante el ritmo acelerado o la ansiedad. Se trata de una alternativa de ocio enriquecedora, que permite evadirte de los problemas, ejercita la mente y te enfrenta a nuevos desafíos.
“Pero lo más importante de todo, según mi parecer, es que ofrecen significados a las personas” (Trias de Bes, 2014). Significados que suplen mitos y valores, dando sentido a ciertos momentos de la vida de quienes lo practican.
Dejar tu huella
En resumen, el HTM es una forma de expresión personal y de diferenciación, que genera una gran cantidad de sentimientos y emociones positivas en quienes lo practican.
Los proveedores y las cadenas de retail, como algunas ya están haciendo, pueden aprovechar este deseo manifiesto de los clientes, de personalizar y participar en la creación de productos y objetos. No se trata de dar un producto totalmente hecho, sino de ofrecer algo que -con mayor o menor dedicación- pueda ser personalizado o acabado por cada cliente, dejando ahí su huella.
En la mayoría de los sectores la personalización asequible (“mass-customisation”) ha llegado para quedarse.
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Bibliografía
Atkinson, P. (2006) “Do it Yourself: democracy and design”. Journal of design history, 19(1), pp. 1-10.
El Costurero. (2012) ¿Por qué lo llaman “crafts” cuando quieren decir manualidades”? (Disponible en este enlace).
Kuznetsov, S.; & Paulos, E. (2010) “Rise of the expert amateur: HTM projects, communities and cultures”. NordiCHI ’10 Proceedings of the 6th Nordic Conference on Human-Computer Interaction, Extending Boundaries, pp. 29-304.
Naisbitt, J. (2001) High tech/High Touch. Technology and our accelerated search of meaning. Nicholas Braely Publishing.
Norton, M.; Mochon, D.; & Ariely, D. (2011) “The “IKEA Effect”: When Labor Leads to Love”. Harvard Business School. Working Paper, 11-091.
Trias de Bes, Fernando. (2014) “De los mercados a los Significados”. La Vanguardia, 20 de Abril.
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Lluis Martinez-Ribes
Fuente: Código 84, nº 179.